
Alberto y Antonia. Por su empuje muchas personas mejoraron (y entendieron) sus vidas. Gracias a los dos
Hace años quise inscribirme en un curso sobre relaciones personales que una amiga me había recomendado. Duraba una semana. Para mi sorpresa, Alberto, la persona que coordinaba los cursos me dijo que antes de realizar ningún otro, debía hacer uno de Eneagrama.
Yo no sabía qué era aquello ni me interesaba; ¡yo quería hacer el otro! Al principio lo interpreté como ganas de venderme dos cursos en uno.
Alberto, que debía estar habituado a aquella situación, me pidió que le escuchara: es difícil gestionar y mejorar tus relaciones con los demás cuando no entiendes bien cómo funcionas por dentro, cuáles son tus motivaciones y las teclas que te hacen saltar, en un sentido o en otro.
Así que, como el tono era conciliador y la persona me inspiraba confianza, le hice caso.
Años después, cuando doy formación sobre gestión de equipos y de economía personal y familiar, suelo dar la misma pauta que me dió Alberto: primero aprende (un poco) sobre ti mismo, y luego haz una pequeña aproximación con los demás.
¿Para qué viene bien?
- Pues cuando participo en un grupo, en una reunión de trabajo de una asociación o iniciativa colectiva con otras personas, conviene saber cómo gestionar mi comportamiento para aportar mejor a la misión de ese grupo.
- Porque si no, lo que puede ocurrir es que mis desajustes personales, mi biografía previa afecten a los demás (sin saberlo a veces yo mismo) y perjudiquen la meta que todos queremos alcanzar.
- Y queriendo todos lo mejor para el grupo, no contribuimos a conseguir el resultado que buscamos y por menos de nada estropeamos las relaciones con las demás personas.
- ¿A alguna de las personas que habéis trabajado en equipos, pareja, asociaciones, etc os suena esto? 🙂 Pues a todos, en mayor o menor medida.
Si quieres, no hagas un curso sobre eneagrama; pero reflexiona sobre qué te pone en marcha, qué te enfada, qué querrías mejorar, qué te pone a la defensiva, qué pones por delante o por detrás de las relaciones con las demás personas, etc, para saber qué dirige tu vida, muchas veces sin saberlo.
Y si quieres una guía, que hay o debe haber muchas, yo sugiero el eneagrama.
Seguro que los técnicos o los psicólogos pueden invalidar parte o todo el vocabulario que expreso aquí. Pero para una persona normal, sin muchos o ningún conocimiento del tema, creo que las pautas que da esta técnica son válidas.
Lo primero que hay que destacar es que creo que es una buena herramienta, pero hay que usarla bien. Su utilidad es conocernos mejor a nosotros mismos. No vale intuir o etiquetar a la otra persona como un “x” y pretender saber cómo funciona, sus puntos fuertes y débiles. En realidad, podemos saber por dónde va; pero si ni siquiera nos entendemos a nosotros mismos, como para saber cómo funcionan los demás.
Es una forma de etiquetar comportamientos (o agrupaciones de comportamientos), de forma que identificamos nuestro motor principal, lo que nos mueve, en qué nos encasquillamos, por qué nos enfadamos, qué nos alegra, etc.
En lenguaje más técnico sería nuestro miedo o temor básico (huyo de…, me defiendo de…, idea del yo…) y la compulsión (pasión, tentación, trampa, preocupación básica, fijación).
A mi me resulta especialmente útil saber qué comportamientos de otros tipos (o eneatipos) equilibran los míos naturales, y cuáles debo evitar para no potenciar mis defectos.
- Reformador, idealista, de principios, ordenador, perfeccionista, castigador.
- Ayudador, empático, cariñoso, generoso, posesivo, manipulador.
- Buscador de status, brillante, seguro de si mismo, competitivo, narcisista, hostil.
- Artista, sensible, creativo, intuitivo, profundo, introvertido, depresivo.
- Pensador, inteligente, perceptivo, libre, analítico, excéntrico, paranoide.
- Lealista, solidario, amable, cumplidor, dependiente, masoquista.
- Generalista, alegría de vivir, persona realizada, espontánea, impulsiva, excesiva, maníaca.
- Líder, arrogante, confiado en sí mismo, noble, valiente, enérgico, combativo, destructivo.
- Pacificador, mediador, pacífico, reasegurador, pasivo, negligente.
Aunque hay unos sentimientos básicos, muchas veces nos sentimos identificados con varios de los tipos; en la mayor parte de las personas esa es la situación normal. Es decir que no somos un 1, 2, …; tenemos comportamiento marcado de uno de ellos, pero a veces nos deslizamos hacia algunos de los otros (las famosas alas, construcciones y deconstrucciones).
A veces conocemos algunas personas que muestran características muy marcadas de algunos de ellos. Véase Nikola Tesla (5), el comportamiento materno excesivo (2), Steve Jobs CEO de Apple (4 conectado con el 1), y otros personajes.
Una forma de cotejar la herramienta es ver la misma característica, propiedad o accidente (léase “El nombre de la rosa” de Umberto Eco) en todos los eneatipos.
- Miedo básico (trampa o callejón sin salida)
- A que me condenen. Ser culpable a no cumplir.
- A que no me quieran, que no me acepten.
- Al fracaso, ser rechazado, que no me acepten.
- A que igualen, que vean como a los otros. Ser uno de tantos.
- Al vacío, a sentirme sin nada(no tener), sólo. Ser aplastado.
- A no estar en el grupo. Ser abandonado. No sentir la pertenencia.
- A dolor. No estar a gusto. Ser privado.
- A la debilidad, a la ternura, a mostrar que no puedo. Someterme a otro.
- Al conflicto.
- Identidad, la propia imagen.
- Tengo derecho.
- Ayudo.
- Tengo éxito.
- Soy distinto.
- Tengo perspectiva.
- Cumplo con mi obligación.
- Soy feliz.
- Soy fuerte.
- Estoy satisfecho.
Una lista más completa de las características la tienes en el ejemplo que tienes más abajo sobre el eneatipo 1; por pilla uno, no se por qué me da por ahí 🙂
Por ejemplo, muy escueto y por tanto le falta análisis; pero para valorar cómo funciona la herramienta lo considero suficiente. El eneatipo 1 (también denominado reformador, perfeccionista o idealista, aunque podríamos haberlo llamado “azul”) (obtenido de “Eneagrama y Salud”, de Terriente-Segart):
- Miedo básico. A que me condenen; mejor ser culpable que no cumplir.
- Compulsión. Perfeccionismo, sentirse obligado.
- Pasión. Ira, resentimiento, enfado, rabia.
- Fijación. Perfeccionista (crítica).
- Virtud. Serenidad, paciencia.
- Esencia. Sana perfección, flexibilidad.
- Invitación, llamada. Crecimiento.
- Fruto del espíritu. Serenidad alegre (paciencia).
- Idealización. Soy honrado, aplicado y ordenado.
- Identidad. Tengo derecho.
- Evitación. Enojo.
- Proceso de integración: cuando los 1 se mueven hacia los 7 (mira las líneas del eneagrama).
- se hacen menos críticos y más optimistas
- ejercen menos control sobre sus reacciones y sentimientos
- valoran lo que está bien, sin centrar la atención en lo que no va tan bien.
- programan el tiempo de actividad y el de ocio.
- se hacen más flexibles y aprenden a relativizar
- ven las cosas con una perspectiva más amplia
- también pueden crear una línea negativa cuando el 1 se mueve hacia el lado oscuro de los 7
- abusan de sustancias estimulantes
- experimentan en secreto sus deseos reprimidos
- Proceso de desintegración: cuando los 1 se mueven hacia los 4
- se sienten culpables por no ser perfectos y se autocondenan
- perciben el desdén y la indignación por las expectativas incumplidas
- experimentan desánimo y autoconmiseración
- interiorizan la rabia y se sienten reprimidos
- pierden confianza en si mismos
- asumen actitudes dramáticas (nadie me quiere, nadie me comprende, …)
- también pueden crear una línea constructiva cuando el 1 se mueve hacia el lado positivo de los 4
- establecen contacto con sus sentimientos más profundos
- se implican en actividades creativas y artísticas
Si quieres acercarte a esta herramienta, tienes varias opciones:
- Wikipedia. Una descripción mejor que la que yo he hecho aquí, y más completa.
- Libro “el Eneagrama: guía fácil y divertida”, de Renee Baron y Elizabeth Wagele. Ediciones NeoPerson. 2007. ISBN 978.84.95973.47.4. 190 páginas, fáciles de leer y divertido. Los dibujos de la izquierda corresponden a este libro.
- Libro “Eneagrama y Salud”, editado por los Hermanos de San Juan de Dios en su Comunidad de Terriente (Eladio, Alberto y Carmelo), de donde están tomadas las descripciones anteriores.
- En la actualidad personas relacionadas con aquella comunidad siguen dando formación en una casa de cursos en Segart (Valencia). Puedes contactar con ellos en www.betsaida.es Aunque su origen es cristianos de base, su filosofía es que esta formación:
- pueda llegar a personas con cualquier nivel de inquietud espiritual (o poca o ninguna, como fue mi caso)
- a precios asequibles. Cualquier persona debería poder acceder a formación de calidad sobre su propio comportamiento. Pero si habría que darla en el colegio 🙂
- Si tienes alguna apretura económica, habla con ellos. No quieren que la economía sea una limitación para acceder a la formación.
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